Estos días es noticia el virus Epstein Barr. ¡Mantengamos a la fiera dormida! Se trata de un virus con una expansión increíble en este mundo ya que infecta prácticamente a toda la población.
La infección aguda por Epstein Barr (EBV) suele ocurrir durante la niñez causando una infección leve, generalmente asintomática, aunque también puede ocurrir en la adolescencia y edad adulta (30-50% de los casos) causando la mononucleosis infecciosa (MI) conocida como la enfermedad del beso.
Entonces, si vives en este mundo, es muy probable que tu organismo sea la casa o la residencia donde duerme el virus Epstein Barr porque realmente el 95% de la población mundial ha pasado por su infección en algún momento de su vida.
El virus Epstein Barr (EBV) ha utilizado con éxito una variedad de estrategias para mantenerse dormido en forma latente en las personas sanas, sin embargo, la alteración de nuestra inmunidad puede despertar a la fiera y contribuir a su reactivación asociándose al desarrollo de muchas enfermedades inflamatorias, autoinmunes y cánceres linfoproliferativos.
El Epstein Barr EBV no es un buen compañero de viaje… Puede reactivarse y replicarse crónicamente en nuestro organismo siendo un desafío constante para nuestro sistema inmune.
Ocurre por ejemplo cuando el virus EBV infecta las glándulas salivares provocando el Síndrome de Sjögren, o las células epiteliales provocando el Lupus eritematoso sistémico, cuando los linfocitos B infectados del liquido sinovial provocan Artritis Reumática o cuando infecta el sistema nervioso central provocando Esclerosis Múltiple.
Ahora es noticia pero las patologías asociadas a la replicación crónica del EBV son:
Comparado con la población sana, las personas que padecen estas enfermedades inflamatorias y autoinmunes tienen una carga viral del EBV anormalmente alta y diferentes investigadores ya tienen muy claro que estas mismas personas tienen una mayor incidencia a padecer estos cánceres hematológicos. (Johnson DK, 2021; Bortone, F. 2020; Marrie RA. 2015; Bernatsky S. 2014; Lossius A. 2012; Bahmanyar S. 2009; Moon UY. 2004).
Párate un momento.
Si tienes fatiga crónica, fibromialgia, una Tiroiditis de Hashimoto o una Artritis reumática debes preocuparte por resolver el origen de estos problemas porque ahora sabes que si no controlamos a los virus, las cosas pueden empeorar.
El Citomegalovirus (CMV) y el Epstein Barr (EBV) son los virus de la mononucleosis (la enfermedad del beso) y generalmente se mantienen dormidos de por vida como virus latentes controlados mediante mecanismos de vigilancia celular e inmunitaria.
Sin embargo, el estrés crónico y los pacientes que reciben terapia con corticoides o quimioterapia pueden tener el sistema inmune deprimido y es con este escenario cuando vemos que los virus se reactivan con mucha frecuencia (Hatayama Y. 2020).
En una reciente revision científica (Mazzola, Giovanni, et al. 2017) aprendimos que en el caso del virus del EBV hay un riesgo aumentado de desarrollar un linfoma entre los hombres jóvenes que han tratado sus enfermedades autoinmunes con medicamentos inmunosupresores como las tiopurinas.
Si suprimes la función inmune serás más vulnerable para la reactivación de cualquier virus y que el desenlace sea peor.
En casos de riesgo a desencadenar cánceres tal vez sea preferible optar por medicamentos biológicos que reduzcan el inmunomensajero inflamatorio TNF-alfa como el adalimumab (humira) junto con propuestas naturales para integrarlas con los tratamientos biológicos de forma personalizada y con tu médico de confianza.
Ahora mismo, me es inevitable no tener un recuerdo lleno de amor por la perdida de un grandísimo amigo de la universidad tratado con inmunosupresores durante muchos años por su artritis reumática.
El cáncer se cruzó en el camino de su vida.
Xavi, hace años no sabíamos ni que un virus podía desencadenar enfermedades autoinmunes ni cánceres, ni tampoco sabíamos cómo afrontar este reto inmune para controlar al virus Epstein Barr. Estamos aprendiendo constantemente y hoy sabemos que es importantísimo integrar tratamientos que mejoren la inmunidad y que frenen la replicación del virus Epstein Barr junto con los tratamientos alopáticos ante estas complejas enfermedades.
«T’estimem i et trobem a faltar amic”.
Lo siento, seguimos.
Notarás que los ganglios de debajo de la mandíbula se ponen más grandes (hipertrofia de las amígdalas) debido a que los linfocitos están reclutados ahí, en los ganglios linfáticos, trabajando para controlar el virus.
Notarás cansancio, un cansancio que no mejora durmiendo y empeora el día siguiente de hacer deporte.
Sentirás ganas de aislarte socialmente, que te dejen tranquilo/a, poca líbido y bajo estado de ánimo.
Sentirás gases, hinchazón abdominal, malas digestiones e intolerancias alimentarias (histamina, fructosa…)
Los resultados de tus analíticas de sangre pueden ser muy reveladores y ayudarnos a sospechar que hay un virus activo. Mira si tienes asteriscos en el hemograma básico cuando te realices analíticas de sangre.
Sabrás que tienes una reactivación viral cuando veas:
Finalmente, tu médico puede diagnosticarte la infección aguda o la reactivación viral mediante la serología vírica del virus Epstein Barr en sangre.
Si las Ig M salen positivas nos indica una infección aguda y hay que tratarla enseguida. Una vez pasada la infeccion aguda este valor Ig M se negativizará para siempre y solo quedaran positivos los anticuerpos de memoria Ig G.
Si estamos correctamente inmunizados las Ig G de memoria del Epstein Barr deben quedar así en la analítica de sangre:
Si las Ig G Early Antigen saliera positivo nos indicaría que todavía no está inmunizado correctamente o bien que hay una reactivación viral y deberíamos tratarlo.
Lo normal es que las Ig G del EBNA y del VCA sean positivos para el resto de la vida, pero el valor positivo del núcleo siempre deseamos que esté un poco más elevado que el del VCA (VCA < EBNA) indicando una buena inmunización.
En caso contrario (VCA>nuclear) nos indicaría que todavía no está inmunizado correctamente o bien que hay una reactivación viral y deberíamos tratarlo.
Así, cuando el Early antigen sale positivo o las Ig G están positivas pero VCA>EBNA la serología nos indicaría que el virus esta replicando y provocando inflamaciones. Esto se corresponderá con niveles altos de linfocitos, bajos de ferritina y altos de la hormona tiroidea T3 reversa en tu analítica de sangre.
Y yo pienso,...
¿Qué podemos hacer para que los virus que hemos pasado antiguamente (o heredado) no hagan este cambio de virus latente/amigo/controlado a virus lítico/infectivo/incontrolado?
Actualmente la medicina convencional no tiene ningún medicamento aprobado por la FDA (Administración de Drogas y Alimentos) o EMA (Agencia Europea de Medicamentos) para tratar las reactivaciones líticas del virus Epstein Barr.
Parece ser que el virus Epstein Barr (EBV) es capaz de evadir la mayoría de los componentes del sistema inmunológico innato. Sin embargo, la clave para mantener a la fiera Epstein Barr dormida está en buscar cuál es la mejor manera para mantener en forma a nuestro sistema inmunológico y evitar el estrés crónico (cortisol excesivamente elevado).
El estrés crónico y medicamentos que bajan las defensas como los inmunosupresores o los corticoides pueden impedir la actividad normal del sistema inmune y condicionar la pérdida de control de los virus que antes teníamos controlados. Al pasar a una fase lítica los Ig G del early antigen o los Ig G del VCA pueden aumentar en exceso revelando una reactivación del EBV e iniciando una nueva inflamación.
Esta reactivación e inflamación puede durar toda la vida si no nos ocupamos de ayudar al sistema inmune.
En nuestra sociedad occidental moderna, el intestino se enfrenta constantemente a un cóctel de factores de riesgo como la mala alimentación, estrés psicológico, alteración de los ritmos circadianos, infecciones por microorganismos patógenos (como los virus, bacterias, hongos y parasitos), falta de ejercicio y de descanso nocturno y la exposición a tóxicos (aire, agua, humo ambiental y del tabaco).
Todos estos condicionantes van dañando poco a poco nuestra microbiota sana, minando nuestra salud, nuestra inmunidad y alterando el eje cerebro-intestino.
Los investigadores Houen G. Y Trier NH. nos explican qué, para no despertar a la fiera Epstein Barr y mantener el control del virus, los tres factores claves son el equilibrio del sistema inmune, el intestino y el colesterol. Uno por uno:
Un buen control del sistema inmunológico contra el virus EBV siempre involucra a los linfocitos T8 citotóxicos, células asesinas (natural killers, Nk) y los linfocitos T4 reguladores. Los necesitamos activos y en suficiente cantidad a todos pues son los “indispensables” para el control de los patógenos intracelulares como los virus tanto en su infección aguda como en la prevención de la replicación lítica (Kerr, J. R. 2019).
Te recomiendo que realices un tipage linfocitario en tu próxima analítica de sangre para comprobar que estos 3 protagonistas no estén en valores más bajos de los normal. La suplementación y mejora de hábitos de vida se personalizará en función del resultado de cada uno de ellos si fuera necesario.
Se ha comprobado, por ejemplo, que la exposición a la luz solar y la fabricación de vitamina D3 aumenta los L-T8 citotóxicos que protegen contra la reactivación del EBV y las enfermedades consecuentes.
Piensa en reducir las inflamaciones intestinales:
Es muy común que las personas con gastritis o colitis tengan infiltrados un exceso de linfocitos B infectados por el virus del Epstein Barr (EBV) en las mucosas de estas zonas del aparato digestivo (estómago y colon) donde existe un riesgo aumentado de que pasen de estado latente a estado lítico iniciando ahí mismo la reactivación del EBV.
Tratar las infecciones o disbiosis:
Una infección en el estómago por la bacteria Helicobacter pylori o un SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado) provocarán una mayor cantidad de citoquinas inflamatorias en la mucosa del estomago o intestino delgado respectivamente con una infiltración de linfocitos B infectados por el virus Epstein Barr más elevada de lo normal.
La exposición a un antígeno bacteriano como la H. pilori y la inflamación pueden provocar que el reclutamiento de linfocitos B infectados por el virus Epstein Barr que están en forma latente pasen a la fase lítica infectando e inflamando la mucosa del estómago (gastritis).
La mayoría de gastritis están provocadas por la infección concomitante de ambos patógenos (H. Pilori y EBV) que si no las tratamos eficazmente provocaran con el tiempo un Hipotiroidismo de Hashimoto o cualquiera de las enfermedades asociadas a estos virus antipáticos que pueden amargarnos la vida.
Si eres de los que has tratado la bacteria H. Pilori y en tu analítica de sangre tienes los linfocitos altos y la ferritina baja ahora ya sabes que puedes sospechar que el virus Epstein Barr estará ahí detrás cronificando todavía todas las inflamaciones y tu fatiga crónica.
Habías oído que el colesterol era el demonio para nuestro corazón o circulación pero resulta que el colesterol y sus metabolitos (oxisteroles) son clave en la respuesta inmune cuando uno tiene una infección viral (Cao Q. 2020).
Los oxisteroles son pequeñas moléculas de colesterol oxidado y tienen la llave en la regulación del sistema inmune al activar al receptor EBI2 ( GPR183) localizado en el sistema inmune (L-T, B y células dendríticas ) y en el sistema nervioso central (astrocitos, los macrófagos del cerebro).
La estimulación del gen EBV-induced 2 (EBI2) dirige la migración de los L-B y L-T4 en todo el tejido linfatico de nuestro organismo y resulta que son los oxisteroles, especialmente el 7α, 25-dihidroxicolesterol (7α, 25-OHC) los más potentes activadores del EBI1, dirigiendo la migración de los linfocitos B en las reactivaciones virales.
La hiperactivación del EBI2, ya sea por más carga viral o más oxisteroles, se ha relacionado con enfermedades autoinmunes e inflamatorias como la Fatiga crónica (EM/SFC), fibromialgia, inosinusitis, polipos nasales, diabetes tipo 1, aterosclerosis, alzheimer, esclerosis múltiple, degeneración macular, cataratas, diabetes tipo 2, infertilidad masculina, osteoporosis, cáncer de mama, ovario, próstata, colorectal, etc.
Las estrategias para reducir los niveles de estos oxisteroles, la actividad del receptor litico EBI2 y, consecuentemente, reducir la reactivación del EBV (Rutkowska A. 2016) se basan en:
Recomiendo la suplementación de:
DHA (Omega 3): DHA rTg (Xevi Verdaguer) 2 cápsulas/día (después de las comidas).
El futuro para reducir la autoinmunidad y el riesgo a padecer cánceres es mucho más esperanzador si mejoramos el control viral por parte del sistema inmune y optamos por la vacunación como medidas preventivas en un futuro (Johnson DK, 2021).
Los tratamientos alopáticos salvan vidas, nos ayudaran a que mañana sea un día mejor y puedas vivir dignamente, pero no suelen ser soluciones curativas ni resolutivas del mecanismo que desencadenó estas enfermedades.
Desde la Psiconeuroinmunologia consideramos indispensable explicar a las personas cómo pueden mejorar su sistema inmune, sus mitocondrias, su microbiota intestinal y cómo tratar a los virus que retan constantemente a nuestro sistema inmune y que están detrás del mecanismo desencadenante de enfermedades e inflamaciones crónicas.
Shhhh… Ya hemos terminado y la fiera sigue dormida. ¡Bien!
Bibliografia
Como se trata la reactivación del virus