Las isoflavonas son unos flavonoides con actividad estrogénica que están presentes en las legumbres, y de forma significativa en la soja y sus derivados. Las encontramos habitualmente en su forma inactiva, conjugada: genistina, daidzina y glicitina, acetylidazid, acetilglicitina, malonilgenistina, malonylidysin, y malonilglicitina. Estas formas inactivas glicosiladas tienen baja biodisponibilidad y son poco activas en nuestro organismo.
¡Ostras! ¿Así que no basta con comer isoflavonas? ¿Qué nos falta?
Gracias a las enzimas β-glucosidasas (glucósido hidrolasas) estos glucósidos inactivos son hidrolizados en el intestino delgado, liberados de su forma conjugada y transformados en agliconas (genisteína, daidzeína y gliciteína) que son las formas más activas de las isoflavonas. La daidzeína aún podrá ser metabolizada en S-equol y 5-hidroxi equol que son los derivados que mejor se absorben en el intestino y a los que se atribuye la más alta actividad biológica. También se puede metabolizar en O-demetilangolensina (O-DMA), una forma considerada inactiva.
No todo el mundo fabrica los tan apreciados metabolitos S-equols.
Las agliconas (formas activas de las isoflavonas) mayoritarias de isoflavonas son la daidzeína (proveniente de la daidzina) y la genisteína (proveniente de la genistina). El equol es el siguiente metabolito obtenido de la transformación de la daidzeína gracias a la microbiota intestinal. El equol fabricado en el intestino tiene efectos estrogénicos porque tiene gran afinidad por el estrógeno receptor beta (ER-β), y a la vez, también tiene efectos antiandrogénicos enlazándose a la dihidrotestosterona (DHT) (Setchell et. al., 2005). Para que la daidzeína se convierta en las formas más activas como el equol, aún tiene que ser metabolizada a nivel intestinal gracias a ciertas bacterias intestinales.
El equol tiene una vida media más larga, es más biodisponible que las agliconas y aporta el mayor efecto antioxidante de las isoflavonas. Me pregunto: “¿Yo fabrico equol?”
¿Y tú? ¿Dirías que cuando comes isoflavonas como la soja o uno de sus derivados, tu intestino puede transformar las isoflavonas en daidzeína y en equol? Si comes miso, temphe, salsa de soja, yogur de soja… ¿sabrás si te beneficiarás de sus efectos estrogénicos protectores y si ayudarán a resolver los sofocos, dolores y problemas de sobrepeso, memoria… característicos de esta época de la vida que denominamos menopausia?
La clave de porqué somos diferentes está en la microbiota de nuestro intestino, y en su capacidad de fabricar equol o no, después de comer isoflavonas. Si eres un productor de S-Equol estás de enhorabuena: ¡Sigue leyendo!
Beneficios del equol en nuestra salud según estudios realizados en humanos:
¿Qué implica que no podamos fabricar equol?
Se ha comprobado que el >50% de las personas con obesidad son no productores de equol y tienen una alteración de la cantidad y la composición de la microbiota intestinal. Los no productores de equol también tienen más riesgo de sufrir ciertas enfermedades como el cáncer de próstata en comparación con los que sí producen. Los no productores de equol tienen niveles más elevados de estradiol E2 y estriol E3 porque convierten fácilmente la estrona E1 en estradiol E2 y el l6α‐OHE1 en (E3) (Atkinson, 2004).
A medida que llegamos a la quinta década de vida es curioso observar como los humanos nos explicamos mutuamente que: “no duermo bien”, “me está subiendo el colesterol”, “estoy engordando y encima me han encontrado el hígado graso”, “tengo el ácido úrico alto y he tenido una crisis de gota”, “el médico me ha encontrado la presión arterial alta”… y un largo etcétera, que intentamos resolver como podemos. ¿Tomas estatinas para el colesterol o quizás has optado por una opción natural como el arroz rojo fermentado? Unos compañeros comentan que toman medicamentos naturales y otros que toman medicamentos químicos. ¿Quién dirías que lo hace mejor?
Yo quiero ayudarte a abrir los ojos. Nadie. Nadie lo está haciendo bien.
Cuando llegamos a esta edad que de forma natural se reducen las hormonas sexuales, hay que estar atento y mejorar la actividad hormonal a través del consumo de alimentos ricos en fitoestrógenos, como las isoflavonas, junto con ciertos probióticos.
Mejora el metabolismo de las hormonas y ahórrate medicamentos. Tus bacterias transformarán los alimentos ricos en isoflavonas en algo mágico para tu salud. Y ahora mismo me pregunto si tendremos la suerte de tener estas bacterias de la microbiota intestinal, o no.
Las enzimas fabricadas por la microbiota intestinal que hidrolizan las isoflavonas y transforman las formas glicosiladas conjugadas inactivas (genistina, daidzina y glicitina) en las formas agliconas activas (genisteína, daidzeína y gliciteína) son las β-glucosidasas. Las enzimas β-D-glucosidasas (β-D-glucosido glucohidrolasa, EC 3.2.1.21) son producidas sólo por ciertas bacterias intestinales que tienen una alta actividad β-glucosidasa; también son producidas de forma natural por diferentes plantas, y están presente en la soja, las almendras o en las semillas de la manzana. Estas enzimas son la clave para que las isoflavonas puedan ser activas y protectoras para tu salud, sí.
Durante el proceso de fermentación de la soja, las bacterias formadas fabrican las enzimas β-glucosidasas que son las que tienen esta actividad biológica saludable responsable de que podamos presumir de ser productores de equol. En cambio, los derivados de la soja que no están fermentados tienen un predominio de isoflavonas en las formas glicosiladas, que son inactivas. En las formas fermentadas de la soja (miso, tempeh y natto) predominan las formas agliconas activas gracias a la acción bacteriana que produce la enzima β-glucosidasa, la cual permite hidrolizar los glucósidos de isoflavonas conjugados (daidzina, genistina y glicitina) en agliconas (daidzeína, genisteína, gliciteína, equol y 5-OH-EQUOL) que son los componentes realmente activos. Estos que mejorarán tu intestino, tu microbiota.
Cuando comemos derivados fermentados de la soja estamos comiendo a la vez unas isoflavonas llamadas genisteína y glicitina que son capaces de cambiar la composición de nuestra microbiota, mejorándola y aumentando las Bifidobacterium spp. Y reduciendo la concentración de los Clostridiaceae que pueden provocar diferentes patologías en los humanos. Las dietas que incluyen más fitoestrógenos nos ayudan a reducir peso gracias a estos componentes metabolizados en el intestino.
Los componentes fenólicos como las isoflavonas son metabolizados por la microbiota intestinal en componentes más activos y saludables. Por esto, es clave que garantices un buen equilibrio de la microbiota con la presencia de estas especies bacterianas sanas en tu intestino. Para ello, te recomiendo realizar una analítica de las heces que te permita contar con un estudio detallado de tu microbiota intestinal. Debes comprobar que no falten en tu intestino lactobacilos, bífidus ni estreptococos. Es la manera de tener el estudio personalizado que te mereces.
Entre las bacterias implicadas en el metabolismo de las agliconas de isoflavonas con actividad β-glucosidasa se encuentran las bacterias acido-lácticas de los géneros Lactococcus, Lactovacillus, Enterococcus, Streptococcus, Leuconostoc y Pediococcus, y las bifidobacterias. Ambas las podemos utilizar para fermentar la soja porque son excelentes produciendo β-glucosidasas y por tanto, también son excelentes transformando las isoflavonas de la soja en las formas más biodisponibles y activas, las agliconas daidzeína, genisteína y especialmente el s-equol.
ESPECIES DE BACTERIAS CON MAYOR ACTIVIDAD B-GLUCOSIDASA
(Yeo & Liong, 2010):
La actividad de estas bacterias en la fabricación de las enzimas β- glucosidasas está extensamente estudiada. Se ha demostrado que la transformación de las isoflavonas inactivas de la soja mediada por estas enzimas produce una reducción de las concentraciones de las formas glicosiladas (daidzina y genistina) y un aumento de las agliconas (daidzeína y genisteína) y metabolitos más pequeños de las isoflavonas que tienen mejores efectos para la salud.
En estudios in-vitro se ha observado que la soja fermentada con Streptococcus ssp. thermophilus (YF-L811), Lactobacillus delbrueckii ssp. bulgaricus (LB-340), Bifidobacterium animalis ssp. lactis (Bb-12) y Lactobacillus acidophilus (LA-05)) aporta una mayor cantidad de isoflavonas agliconas (daidzeína y genisteína) con una capacidad antioxidante superior a la soja sin fermentar.
Las bacterias del intestino delgado y del colon, ambas, están implicadas en el metabolismo normal de las isoflavonas.
Entre las formas activas de agliconas formadas en el intestino delgado (daidzeína, genisteína y gliciteína) gracias a estas especies bacterianas con actividad β- glucosidasa, la genisteína se absorbe rápidamente en el intestino delgado inalterada, mientras que la daidzeína se metaboliza dando lugar a un derivado con una actividad biológica aún más alta: el S-EQUOL. Este último paso de la daidzeína como metabolito primario del S-equol tiene lugar en el colon donde intervienen otras bacterias específicas. ¿Sabes si tienes estas bacterias en tu colon?
La buena noticia es que el equipo de Decroos et. al., el 2006 ya demostró que si hoy eres una persona que no produces equol, puedes convertirte en una persona productor de equol de una forma sencilla y rápida con la suplementación de estas bacterias específicas. El destino de tu salud será muy diferente.
Tienes que tener las siguientes bacterias en tu intestino para ser un buen productor de S-EQUOL.
ESPECIES BACTERIANAS PRODUCTORAS DE S-EQUOL
(Yee et al., 2008; Lopes, Queiros, de Avila, Monteiro, & Macedo, 2017):
Todas estas bacterias son capaces de transformar la daidzeína en su metabolito S-EQUOL y por tanto, pueden ser claramente beneficiosas para la salud de las mujeres durante la menopausia y para todas las personas en general. Dependiendo de la microbiota intestinal, algunas personas producirán más equol y otras menos, de forma que unos tendrán más salud y otros menos, todo depende de la microbiota.
¡Sí! Una vez absorbidos a nivel intestinal estos metabolitos más activos ya están preparados para tener actividad metabólica uniéndose a los receptores hormonales. ¿Y sabes cuánto duran circulando en sangre antes de que sean eliminados del organismo? ¡La vida media de estos metabolitos en sangre es de 8h! Es decir, después de comer isoflavonas podemos beneficiarnos de sus efectos solo durante estas 8 horas. Si comes legumbres u otra isoflavona una vez por semana es imposible esperar cambios importantes. Piénsalo.
Te recomiendo comer isoflavonas 2 veces al día, repartidas, y disfrutarás de sus beneficios durante 16 horas cada día. Te cambiará la vida.
Revisa bien la lista, cómelos regularmente y repártelos en tu día a día.
Especialmente la soja, las habas, el sésamo, el kudzu (también contiene la aglicona puerarina), la fruta de la pasión y el trébol rojo. Los fermentados de la soja, muy conocidos por la cultura japonesa, son especialmente ricos en agliconas, las formas activas de las isoflavonas:
Pequeños cambios pueden cambiarte la vida.
¡Salud!
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