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Vivir con amigos difíciles: las cándidas

les càndides

Xevi Verdaguer

Psiconeuroinmunólogo, nutricionista y fisioterapeuta. Ayudo a personas como tú a recuperar tu salud a través de la PNIE y otras disciplinas.

¿Qué aprenderás?

Actualmente sabemos que los microorganismos del intestino o microbiota intestinal tienen una relación bidireccional con el propio intestino que es lo que lo contiene y también con el cerebro, es el eje GBA (Microbiome gut-brain axis).

Resulta que este eje protagonizado por los microorganismos intestinales influencia de forma determinante los sistemas neuro-inmuno-endocrinos de nuestro organismo gracias a la comunicación entre la mucosa intestinal, el sistema neurológico intestinal (ENS, Enteric Nervous System) y el sistema nervioso central (SNC) .

Estamos aprendiendo que un desequilibrio de la microbiota está relacionado con muchísimas patologías alejadas precisamente del intestino como la fatiga crónica, las alergias, fibromialgia, enfermedades autoinmunes y otras muchas.

Recientemente, profundizando en este nuevo paradigma de la salud humana, ha aparecido un nuevo protagonista que interactúa con las bacterias intestinales y consecuentemente con el eje GBA (Microbiome Gut-Brain Axis): son los hongos o microorganismos fúngicos de la microbiota, conocidos por nombre de micobiota. Casi igual que microbiota, cuidado!.

El eje micobioma intestino-cerebro

La micobiota (hongos del intestino) y su micobioma (DNA fúngico), interactúan con la función del intestino y de nuestro cerebro y tienen un papel clave en el mantenimiento de la salud y las enfermedades digestivas, neurológicas, inmunes y psiquiátricas.

La micobiota o comunidad fúngica está mucho más presente en la parte alta del aparato gastrointestinal que en la parte baja.

Es decir, en la boca, en el estómago y en el duodeno (primera porción del intestino delgado) tenemos una mayor cantidad de hongos (de más a menos), que en el intestino delgado, que tenemos una cantidad menor pero estable y es en el colon donde tenemos una menor cantidad. Curiosamente, pasa al revés de las bacterias que precisamente abundan mucho más en el colon que en el estómago.

El ratio hongos: bacterias a nivel del colon es de 106 hongos y 1011 bacterias por gramo contenido en el colon. En un intestino saludable tenemos una menor diversidad fúngica que la bacteriana. Con menos de 20 especies identificadas.

La Candida albicans prolifera más en los lugares donde hay más oxígeno y también con una dieta alta de azúcares simples y almidones.

Estas condiciones son relevantes para la cavidad oral, urogenital y el tracto gastrointestinal superior, pero no en el colon, donde se encuentran la mayoría de bacterias. De ahí que las infecciones por candidiasis suelen ser en la boca, vaginal o en intestino delgado.

La composición es muy variable entre una persona y otra pero todos tenemos un micobioma y el género de las candidas spp. es una levadura que todos tenemos de forma normal. No es ningún hongo malo.

Entre las cándidas spp, la Candida albicans forma parte del microbioma humano y la encontramos entre el 30-70% del tracto gastrointestinal y genito-urinario de los adultos sanos (Kleinegger et al. 1996). Todas las personas sanas tienen cándidas en su intestino porque forma parte del ecosistema intestinal normal y saludable.

Ahora bien, la Candida albicans es una levadura que puede volverse patógena e invasiva si tiene un entorno que lo favorezca.

Sabemos que la Candida albicans puede tener diferentes morfologías (levadura, hifa o pseudohifa) y la forma de hifa filamentosa, a diferencia de la forma redondeada semejante a la levadura, es la forma de Candida albicans más invasiva y problemática para los humanos.

La candidiasis vulvo vaginal afectará a 3 de cada 4 mujeres a lo largo de su vida.

¿Cómo podemos saber si tenemos candidiasis?

Mírate la lengua. La capa blanquecina puede ser una pista.

Haz este test: Por la mañana, justo al levantarse y antes de comer ni beber, escupir en un vaso de agua y mirar qué sucede con la saliva.Si la saliva flota: Normal. Si la saliva se hunde como si fueran filamentos: Posible infección fúngica.

¿Tienes estos síntomas típicos de la candidiasis?

  • Agotamiento.
  • Deseos de comer dulces.
  • Mal aliento.
  • Capa blanca en la lengua.
  • Tener la cabeza nublada.
  • Desequilibrio hormonal.
  • Dolores articulares.
  • Pérdida del deseo sexual (libido).
  • Problemas de sinusitis crónica y alergia.
  • Problemas digestivos (gases e hinchazón).
  • Sistema inmune débil.

Definitivamente, hoy en día tenemos la posibilidad de hacernos un estudio personalizado para confirmarlo de manera muy fiable. Dos buenas opciones:

  • Estudio de microbioma y micobioma (en heces): Estudio en PCR. Te recomiendo el Laboratorio Teletest y Etchevarne.
  • Estudio de metabolómica (en orina): Valorar los metabiolitos fúngicos que aparecen excesivamente elevados en caso de infección fúngica. (Arabinitol, tártara, citramalat, hidroximetilglutarat (HMG) y 5-hidroximetil-2-furanoico). Te recomiendo el Laboratorio Synlab, CDEMAC y Etchevarne.

Si has descubierto que muchos de los padecimientos crónicos que has tenido en tu vida son por culpa de los hongos, tenemos claro que posiblemente tienes que tomar un antifúngico natural o químico, sin embargo, me preocupa más saber por qué tu tienes menos resistencia que otras personas.

Exacto, me interesa saber ¿Qué hace que la cándida pase de ser una levadura comensal a un micelio invasivo y patógeno?

Las infecciones invasivas surgen por el crecimiento excesivo de la Candida albicans en personas susceptibles con factores de predisposición como:

  • Una alimentación rica en azúcares, hidratos de carbono y alcohol.
  • Alteración del sistema inmune: Es más fácil tener infecciones fúngicas durante la infancia y hasta los 3 años que el sistema inmune está inmaduro, y también con el envejecimiento. También en el caso de sufrir enfermedades autoinmunes cuando tenemos el sistema inmune alterado.
  • Exceso de estrógenos.
  • Estrés crónico.
  • Medicamentos como los antibióticos, anticonceptivos o corticosteroides.
  • Diabetes: En un diabético tipo 1 o tipo 2, los niveles de azúcar en la boca y otras mucosas son tradicionalmente más altos que en un individuo sano. Dado que la cándida es un tipo de levadura y el azúcar alimenta las levaduras, es comprensible que las personas con diabetes tengan un mayor riesgo de desarrollar un sobrecrecimiento de cándida.
  • Exposición a tóxicos como el mercurio de las amalgamas de la boca o el arsénico del arroz integral o del agua que bebemos.
  • Tratamientos para el cáncer: La quimioterapia y la radioterapia habitualmente alteran el microbioma que compiten con las cándidas y el micobioma de forma comensal y puede condicionar que estos pacientes tengan candidiasis más fácilmente.
  • La disbiosis intestinal: Desequilibrio de la microbiota intestinal.

¿Como reducir la cándida?

Debemos mantener la ecología intestinal y favorecer estos factores para que la cándida no pase de ser una levadura controlada a una hifa, es decir, a un micelio invasivo capaz de multiplicarse a 400.000 por minuto.

Cuando se convierten en una hifa invasora, el hongo se adhiere al epitelio, provocará la infección, dañará el tejido y se esparcirá. Un desastre.

¿Qué podemos hacer para evitarlo?

Durante la mucomicosi vemos que la clave para prevenir la infección fúngica y su invasión está en un receptor endotelial que hay en la mucosa, el endothelial receptor glucose-regulated protein 78 (GRP78).

Es un receptor de la glucosa de las cándidas endoteliales de nuestro intestino que facilita que las esporas de la hifa se enganchen. De la glucosa sí. Este receptor sólo quiere glucosa para facilitar la invasión del hongo! Si comes alimentos que aumentan la glucosa, se activa el receptor del intestino y los hongos pueden cambiar su morfología para convertirse en un micelio invasivo.

Cuanto más elevada tenemos la glucosa, más actividad del GRP78 y más infecciones fúngicas.

Es la importancia que tiene la alimentación para mantener quieta a la cándida o el hongo oportunista que haya proliferado. Evitar los alimentos que aumentan la glucosa en sangre, evitar la hiperglucemia, y al mismo tiempo, mantener equilibrada la glucosa en sangre, especialmente en los pacientes con enfermedades endocrinas como los diabéticos que pueden tener mal controlado sus niveles de glucosa en sangre.

Una dieta rica en azúcares e hidratos de carbono refinados en personas sanas provoca un aumento de la colonización de las Cándida spp y, por tanto, influye en la proporción de cándidas comensal que un día pueden ser oportunistas patógenos en el intestino.

Dieta anticándida

Una dieta con estos alimentos sería nuestro peor escenario:

  • Azúcares y edulcorantes: azúcar, jarabe de maíz, agave, aspartamo, caña de azúcar, miel, melazas …
  • Harinas refinadas: Cereales refinados como el de cebada, avena, espelta, trigo, arroz … u otros.
  • Levaduras del pan o la bollería.
  • Alcohol y medicamentos (o suplementos naturales) que contengan etanol.

El consumo de alcohol aumenta la cantidad de hongos en el intestino, especialmente de la Candida spp, y también aumenta la translocación intestinal de los β-glucanos de los hongos (componentes de la pared celular de los hongos) hacia la circulación portal (enterohepática) que provocará la activación de los macrófagos del hígado, las células de Kupffer. El tratamiento antifúngico reducirá el sobrecrecimiento fúngico y también reducirá la cantidad de β-glucanos fúngicos que se reabsorben en el intestino y que dañaban las células del hígado.

  • Carne procesada o curados: llevan azúcares añadidos.
  • Dieta baja en amilosa (almidón resistente): la amilosa es un gran reservorio de glucosa en su estructura molecular y la encontramos en los tubérculos (patata, boniato, nabos, tapioca, yuca …), cereales (arroz, avena y maíz …), plátano, banano, y todas las legumbres. Todos estos alimentos también alimentan a la cándida.
  • Lácteos de origen animal (especialmente de vaca u oveja): Por su contenido en lactosa, el azúcar de la leche animal no es recomendable, ni la leche ni los yogures, ni el queso, ni el kéfir o alimentos que la contengan como el chocolate o los helados. Los lácteos provenientes de la vaca y de la oveja, en comparación con los que se derivan de la leche de la cabra, tienen mucha más cantidad de una proteína llamada beta-lactoglobulina. Esta proteína daña el intestino, provoca un aumento de la permeabilidad intestinal, y se relaciona directamente con un claro riesgo a padecer diabetes tipo y dada la especial predilección que tiene la beta-lactoglobulina para afectar a las células beta del páncreas una vez se absorbe en el intestino. Actúa impidiendo la síntesis de insulina y, consecuentemente, provocando un aumento de la glucosa en sangre.
  • Evitar la fruita deshidratada.
  • Frutos secos como cacahuetes, anacardos, nueces pacanas y pistachos.
  • Vinagres: Evitar todos los vinagres (excepto el de sidra de manzana).

Lo mejor para evitar la abundancia de la cándida es seguir una dieta:

  • Rica en productos vegetales.
  • Alta en proteínas y grasas de origen vegetal.
  • Baja en carbohidratos.
  • Baja en proteínas y grasas de origen animal.
  • Rica en polifenoles: lino, chia, sésamo y soja fermentada … contienen aglicona con efectos antiinflamatorios y inmunoreguladores.
  • Fruta, excepto el plátano, que es muy rico en almidón.
  • Los arándanos azules (Vaccinium Macrocarpon Aiton) y los arándanos rojos americanos (Vaccinium myrtillus L.): Las proantocianidinas de estas frutas del bosque tienen efectos anti-biofilm y previenen la adherencia y sobrecrecimiento de la Candida albicans y la Candida glabrata.
  • Los alimentos fermentados mejoran la diversidad bacteriana, facilitando la producción de péptidos antimicrobianos y ácidos grasos de cadena corta (butirato, propionato y acetato) que tienen unos efectos inhibidores por los patógenos oportunistas y benefician la inmunidad local de las mucosas y general.
  • El Kimchi o el Chucrut.
  • Lácteos fermentados provenientes de la cabra (el kéfir, el queso y el yogur): Los alimentos fermentados mejoran la diversidad bacteriana y ayudan a mantener un microbioma equilibrado para evitar la candidiasis. Pero como ya has visto anteriormente, no todos los derivados lácteos son igual de saludables. Sólo recomiendo los que provienen de la cabra.
  • Vinagre de sidra de manzana: sus ácidos, enzimas y bacterias ayudan a disminuir el exceso de levaduras, erradicar las Candidas spp. y las bacterias patógenas como la E. Coli y S. Aureus de nuestro cuerpo. Analizando la diversidad microbiana del vinagre de sidra de manzana mediante técnicas de secuenciación de 16S rRNA se observó la presencia de una gran diversidad de bacterias saludables y recomendables en este tipo de vinagre (LactococcusOenococcus y Acetobacter) que hemos de incorporar a nuestro día a día.
  • Vegetales crudos y jugos verdes.
  • Vegetales cocidos: Debemos elegir los vegetales que no lleven almidón que son un auténtico reservorio de glucosa que le encantaría a la cándida. La remolacha y la zanahoria no son una buena idea aunque las comemos crudas. Todos los vegetales de color verde llevan un alto contenido en clorofila (detoxificante) y son muy recomendables el brócoli, la coliflor o los espárragos.
  • Aceite de coco: Rico en ácido láurico y ácido caprílico que tienen propiedades antifúngicas.
  • Lavar los dientes 3 veces al día y usar el hilo dental.

Sabías que las personas tragamos más de un litro de saliva cada día?

De esta manera a todo el sistema gastrointestinal llegan constantemente todos los microorganismos orales incluyendo diferentes especies de bacterias y de cándidas. por lo tanto, seguro que ya te debes imaginar que es muy importante tener una buena salud de las bacterias o microbioma de la boca.

De hecho, se ha demostrado que el componente fúngico de la placa dental está dominado por la Candida albicans.

Aquí, demostramos que cuando un adulto voluntario aumentaba la frecuencia de limpieza de los dientes, la abundancia de Candida albicans en las heces se reducía de 10 veces a 100 veces. Esto sugiere que la cavidad oral puede ser la fuente principal de Candida albicans detectada en las heces de personas sanas. Tomar medidas adicionales para reducir aún más los niveles orales de Candida albicans, como el uso de hilo dental y la atención a la eliminación de la placa y la reducción del consumo de azúcares refinados, puede reducir aún más los niveles de Candida albicans.

Sé que hoy es un día que tal vez te cambiará la vida.

Sígueme!

Bibliografía

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Xevi Verdaguer

Psiconeuroinmunólogo, nutricionista y fisioterapeuta. Ayudo a personas como tú a recuperar tu salud a través de la PNIE y otras disciplinas.

¿Qué aprenderás?

Tu caca, ¿flota o no flota?

A mucha gente le da risa cuando hablo que si las cacas flotan, o de si son pastosas o duras, si huelen o no...
Les hace gracia.

Pero cuando entienden la importancia que tiene esto, no sólo ponen más atención a lo que aparece cada mañana en la taza de su inodoro, sino que empiezan a preocuparse por cómo son las cacas de la gente que más quieren. Curioso, ¿no?

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