¿Es por el crecimiento? ¡Increíble que hoy en día todavía tengamos que creer esto!
El acné es un problema hormonal y lo podemos solucionar
En la adolescencia es muy típico esta problemática de la piel llamada acné. Es por el crecimiento… dicen. Y resulta que cuando tenemos 20, 30 o 40 años y todavía tenemos estos malditos granitos, nos preguntamos: “caray, todavía debo de estar creciendo, ¿no?”
Vamos a entender y a resolver el acné, definitivamente.
Encontramos acné cuando los sebocitos de la piel fabrican grasa en exceso, son muchos ácidos grasos, y se oxidan rápidamente. Clínicamente provocan acné o que los pelos se enquisten al depilarse, o dermatitis seborreica en la cara, etc.
El exceso de hormonas masculinas, conocidas por el nombre de andrógenos junto con el exceso de insulina o IGF-1, son las características hormonales del acné.
La hormona IGF-1 estimula:
Las hormonas masculinas estimulan:
Tenemos que mantener la insulina baja para tener los niveles de hormonas masculinas también bajas y así el acné irá desapareciendo.
Resulta que cada vez que comemos azúcares o hidratos de carbono refinados la glucosa en sangre aumenta rápidamente y, consecuentemente, el páncreas fabrica una hormona llamada insulina para almacenar la glucosa de la sangre hacia las células. Al mismo tiempo que sube la glucosa en sangre, el hígado fabrica la IGF-1. Cada pico de glucosa puede costar caro.
Evitaremos drásticamente, por lo tanto, todos los alimentos que provocan un aumento de azúcar en la sangre:
Nota: Los cereales que tienen un índice glicémico más bajo y por lo tanto son más recomendables son la quinoa y el trigo sarraceno (alforfón). Sólo recomendamos comer pan integral por la mañana, y el resto del día es recomendable ya no comer más cereales (ni pasta, ni harina, ni galleta, ni pizza…)
¿Qué comeremos?
Para reducir el azúcar y así mejorar el acné, no debemos menospreciar la importancia de gestionar bien estos temas:
Fotografía: Wikipedia