¿Sabías que 1 kg de tu peso corporal son bacterias? ¿Y que el ADN de estas bacterias de nuestro intestino tienen más de 20 000 funciones diferentes?
Se ha visto que 1 kg de nuestro peso corporal proviene de los microorganismos que tenemos en la piel, en las mucosas y especialmente en el intestino. Tenemos unos 100 billones de microorganismos repartidos por nuestro organismo, mayoritariamente bacterias y, todos juntos, pesan 1 kg. Bacterias, virus, levaduras, parásitos, viven con nosotros y por nosotros, felizmente… hasta el último día. Todos.
El sistema gastrointestinal humano está colonizado por más de 10(14) microorganismos mientras que nuestro organismo tiene 10(13) células. Tenemos 10 veces más bacterias en nuestro organismo que células humanas.
Según la diversidad de bacterias intestinales que tengas, el ADN de cada una de las diferentes bacterias y los subproductos que fabrican estas bacterias en su metabolismo (ácidos grasos de cadena corta y diferentes gases) dará más predisposición a ciertas enfermedades o a estar sano como un roble. Nos interesa tener una gran diversidad de bacterias sanas. Cada ADN específico de cada bacteria tiene sus funciones concretas.
¿Te has preguntado alguna vez el impacto que puede tener para las bacterias sanas intestinales una tanda de antibióticos? No es que sólo fulmines las bacterias patógenas y las sanas a la vez, como ya debes de estar informado… El problema es que nos cargamos, en el mismo momento, el ADN de todas estas bacterias.
Quizás ya estás pensando si los antibióticos que tomaste de pequeño te pueden condicionar el actual sobrepeso que no solucionas ni con dieta ni con deporte. O quizás si las ya lejanas tandas de antibióticos pueden provocar que hoy en día tengas problemas de ansiedad o depresión recidivantes.
Pues… tu pensamiento va por buen camino. Nuestra salud intestinal, hormonal, inmunológica y emocional viene determinada por la composición de nuestra flora intestinal que denominamos microbiota. Nacemos asépticos, es decir, no tenemos colonización de bacterias ni hay microorganismos dentro del útero de la madre.
La flora intestinal o microbiota varía mucho de una persona a otra, porque viene condicionada ya desde el nacimiento por el tipo de parto, por el tipo de lactancia, el estrés, la exposición a medicamentos como los antibióticos, viajes a otros países, exposición a herbicidas como el glifosato que nos fusila nuestros lactobacilos y bífidos, a infecciones parasitarias, fúngicas o víricas y muy especialmente, la flora intestinal viene condicionada por nuestra alimentación.
Desde principios del siglo XXI hemos empezado a aprender cuáles son los genes de nuestras células pero hoy en día ya estamos hablando de la existencia de los genes de nuestras bacterias intestinales (microbioma). Resulta que conocemos la existencia de aproximadamente 23 000 genes en las células de nuestro cuerpo que codifican la fabricación de proteínas que denominamos genoma pero … ¿sabes cuántos genes de microorganismos tenemos?
Es nuestro súper-microbioma y lo encontramos en el intestino. De los 3 millones de nuestro microbioma, todos tenemos 600 000 genes a nivel intestinal y 300 000 de estos genes son muy parecidos entre todos los humanos, ya sean africanos, europeos, chinos o americanos. Todo este ADN es de las especies de microbios que viven en nuestro intestino.
Tenemos un total de 100-1000 especies de microbios diferentes, básicamente bacterias. El 98% del microbioma proviene de las diferentes especies bacterianas y el 2 % restante proviene de virus, levaduras y parásitos que habitan en nuestro intestino. La diversidad y riqueza de microbios que tengamos cada uno de nosotros a nivel intestinal nos determinará una buena inmunidad y buena salud emocional, hormonal y endocrina.
El genoma (o genes de nuestras células) y el microbioma (o genes de nuestras bacterias intestinales) forman lo que denominamos el metagenoma. Los dos condicionarán la salud de nuestra vida junto con lo que rodea a estos genes, la epigenética. Nuestras estimadas bacterias no aparecen solas por arte de magia en nuestro intestino. Nos las tenemos que ganar.
El tipo de nacimiento condiciona la aparición de un tipo de bacterias u otro en el intestino del niño. Un parto vaginal condiciona que el niño tenga una colonización inicial en la boca, en la nariz y en el intestino, de bacterias que encontramos típicamente en la vagina de la madre… ya a los 5 minutos de nacer. Mientras que un parto por cesárea condiciona que el niño tenga una colonización inicial de bacterias que encontramos típicamente en la piel de la madre o bacterias del material del hospital, pero no de las bacterias vaginales.
Entonces, la lactancia materna continuará aportando 1000 millones de bacterias sanas por cada litro de leche que la madre de a amamantar a su hijo… y así, iremos aportando diversidad de bacterias sanas que, con su ADN individual, condicionarán la salud del niño por el resto de su vida.
El resto de la composición de nuestra flora intestinal irá variando de acuerdo a la diversidad bacteriana, desde la niñez hasta la edad adulta, influida de una forma determinante por nuestra dieta.
Y ahora te diré: “ ¿te has imaginado el efecto positivo que pueden tener la suplementación de los probióticos o bacterias sanas? ”
Es curioso observar en los estudios científicos recientes, como las personas obesas y con triglicéridos altos tienen menos diversidad y menos cantidad de bacterias, por lo tanto, menos cantidad y diversidad de ADN de bacterias.
Propuesta terapéutica: ¡trasplante de heces sanas! Esta propuesta terapéutica del trasplante de heces es porque las heces están compuestas básicamente por agua, residuos celulares y bacterias provenientes de nuestro intestino.
Se ha comprobado que cuando a ratas delgadas se les hace un trasplante de heces procedentes de personas obesas … la rata empieza a ganar peso, sin seguir ningún cambio alimentario. Únicamente las bacterias intestinales de las heces que se ha introducido con una sonda rectal han cambiado completamente el metabolismo de estas ratas.
Y nosotros que regañábamos y le decíamos a nuestro perrito que no se coma las heces que está oliendo de otros perros… ¡quién iba a decir que el perro quizás lo estaba haciendo bien!
Recomiendo a quien quiera adelgazarse que no se coma la mierda de la tierra y, dentro de lo posible, ¡que no tome antibióticos para fulminar estas bacterias que nos dan vida!
Nuestra dieta condicionará la microbiota intestinal y el ADN de estas bacterias también condicionará nuestro metabolismo.
Según lo que comamos, tendremos más de un tipo de bacterias que de otra en nuestro intestino. Y esto sucede muy rápidamente. Un cambio de dieta cambia la flora intestinal en pocos días. Con estos datos te quiero decir que siempre estás a tiempo de cambiar tu salud. Si todos conocemos nuestro grupo sanguíneo y nuestro DNI ahora sabrás que, según lo que comas, tendrás un tipo de flora bacteriana u otro, con unas funciones u otras.
Se ha comprobado que una dieta vegetariana o vegana mejoraba la cantidad y diversidad de la flora intestinal. Y que los lácteos provenientes de los animales y la proteína animal están relacionados con unas bacterias que determinarán inflamación en el intestino, obesidad y dolores crónicos.
Recomiendo alimentos ricos en probióticos (bacterias sanas):
Y el consumo de verduras fermentadas ricas en probióticos:
Somos personas con miles de bacterias viviendo dentro de nosotros.
Deseo sanas relaciones entre personas y una buena simbiosis entre nuestras bacterias. Tantas personas y tantas bacterias.
Os ayudaré a seguir caminos sanos, estamos donde estamos, todos juntos.
Gracias por la confianza.
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